Monedas y billetes de euro 'raros' que rondan por casa y pueden valer mucho dinero
Algunas monedas de euro pueden valer, por su rareza, mucho más que el numerito que llevan escrito
Poca cosa es un céntimo de euro, casi ni calderilla. Tan insignificante que podría pasar una vida entera desatendido entre los hilvanes de un monedero sin que nadie cayese en la cuenta de que, tal vez, tenga en sus manos un auténtico tesoro. La historia que viene a continuación arrancará tantos "¡Madre mía!" como veces hemos dejado de agacharnos a recoger un triste céntimo.
En 2002, un astuto trabajador del Instituto Nacional de Moneda de Italia, que sabía bien que la rareza es un plus, decidió dar un toque genuino a una serie de monedas de un céntimo de euro. Por un supuesto error, cada pieza se fabricó sobre una moneda de dos céntimos, con su mismo diámetro e idéntico motivo, el edificio de la Mole Antonelliana de Turín, pero con la inscripción de un valor nominal de un céntimo. La trama se descubrió al encontrar doce piezas, casi todas en el norte de Italia, que se intercambiaron por 2.600 euros.
Como no hay peor ladrón que el de su misma mansión, el pillo fue cazado y las autoridades retiraron una buena parte antes de entrar en circulación. El resto -varios cientos- quedó en manos privadas. La casa Bolaffi, de Milán, enseguida hizo un llamamiento ofreciéndose a comprar estas monedas defectuosas, pero sin conseguir más de seis. La Guardia di Finanza se las confiscó y, después de 11 años de litigios, un tribunal romano le reconoció el derecho a poseer y vender estas monedas. Su precio actual ronda los 6.000 euros.
Este es un caso muy excepcional, pero hay otras monedas de euro muy valiosas por las que podrían pagarnos, si no una fortuna, al menos un buen pellizco. Lo que impulsa su cotización en el mercado numismático, convirtiéndola en verdadero capricho, es su rareza o ciertas anomalías en el momento de su emisión. Las de dos euros son las más coleccionadas en todo el mundo por la variedad de sus motivos históricos, políticos y culturales.
La expectación de las monedas no se repite, sin embargo, con los billetes, según nos cuenta Adolfo Ruiz Calleja, divulgador de numismática y autor del Blog Numismático. Cuando se emitieron los primeros billetes de euros "la opinión de que eran aburridos, monótonos y feos fue prácticamente unánime. Solo había un diseño por valor, motivos similares y una firma para todos los países. La única diferencia entre un país y otro era la famosa letra que define al emisor". Tampoco los comerciantes motivaron su coleccionismo.
Algunos países, como Alemania, Finlandia o Francia, empezaron a animarse cuando apareció en ellos la firma de Draghi. "La sensación -escribe Ruiz Calleja en su blog- es que ahora ha aumentado el interés por coleccionar billetes de euros, pero sigue siendo muy minoritario". Algunos buscan numeraciones concretas de billetes. Por ejemplo, las más pequeñas, es decir, que empiecen por 00, capicúas o sus números de la suerte. En todo caso, deben ser ejemplares que no hayan circulado y que presenten un estado de conservación absolutamente perfecto.
Cayón sacó a subasta en 2012 una serie de todos los valores de billetes italianos con la misma numeración por 8.000 euros, aunque no encontró comprador. Los coleccionistas interesados son escasos y no hay ningún comerciante que trabaje esos billetes con soltura, menos aún en España. Pocos son los que han guardado billetes de euro con el fin de coleccionarlos, así que los raros se pagan caros, según indica este bloguero. "El más caro de todos debe de ser el billete de 500 euros de Irlanda, del que solo existe una plancha con una emisión de 285.000 ejemplares. Se puede pagar hasta 5.500 euros, según me indican. No es algo que yo recomendaría pagar a ningún inversor porque no puedo garantizar que no haya alguien que tenga una caja fuerte con 300 billetes irlandeses en perfecto estado".
Por hacernos algunas ideas de precios, aquí dejamos algunos remates de subastas recientes:
Imagen: Heritage Auctions
Billete de 500 euros emitido en Países Bajos en 2002. La firma de Wim Duisenberg, el último presidente de De Nederlandsche Bank, se ve en esta denominación más alta emitida para los Países Bajos. Se pagó por él 1.920 dólares.
Imagen: IberCoin
Conjunto de la serie completa de los billetes de euro correspondientes a los valores 5, 10, 20, 50, 100, 200 y 500 euros, todos con la firma Duisenberg. 1.680 euros.
Imagen: Aureo & Calicó S.L
Serie de 2002. 5, 20, 50 y 100 euros. Firma Duisenberg. 4 billetes, todos con la misma serie y numeración muy baja, V 00000008518. Muy raros. 1.560 euros
Imagen: Heritage Auctions
500 euros de 2002. El prefijo X se utilizó para la nota impresa en Alemania. Es un ejemplo totalmente en relieve y brillante con todo el aspecto de un ejemplo de gema. 1.320 dólares
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